jueves, 31 de agosto de 2017

La espiga

—¿Por qué te empeñas en caminar entre la hierba mala?— le dijo al HOMBRE un viejo morador de la comarca. El HOMBRE respiró profundo, con la vista fija contemplando el horizonte.
Después de unos instantes depositó sus rodillas sobre el campo, con ambas manos removió cuidadoso la maleza. Arrancó de tajo los hierbajos, para dejar al descubierto la belleza de una espiga… El anciano la miraba complacido, al tiempo que aquel HOMBRE pronunciaba —Es por esto que lo hago, porque aun entre lo malo habita el trigo.


©Roberto Soria – Iñaki

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