Por fin la invité,
preparé las copas,
y los bocadillos de
fresas traviesas
en el centro mismo de mi
habitación.
Y un poco de ron,
para calentar el
invierno inclemente
mientras que su frente
reposa desnuda
junto a los latidos de
mi corazón.
Seré fanfarrón;contaré a su oído
los mil y un suspiros que
hicieron la cita
ante la insistencia de
mi tentación.
Y en un trabalenguas,
mentiré diciendo que el
sexo no importa
mientras que la tela se
estira impetuosa
en la forma misma de mi
pantalón.
Con una canción
pintaré su boca,
hasta que la loca manía
por su pelo
me llene de celos como
inspiración.
Y así el edredón,
clamará su cuerpo
para que el desierto que
fuera mi huerto
se llene de flores como
bendición.
Diré la verdad,
porque no conozco
su pelo, su rostro, ni tengo
la copa
que albergue una gota
del mentado ron.
Y así vivirá,
en mi mente loca
la mujer que nunca me beso la boca
porque sólo existe en la imaginación.
Que grande es la imaginación que te ayuda a enamorarte de un ideal que siempre te andará. Muy bueno. Seguiré brindando yo con cava que no me gusta el ron. Pero también vivirá el hombre que nunca fue.
ResponderEliminarExisten cosas inexplicables que unen a los corazones para siempre
EliminarGracias, palabra corta con significado extenso